Contenido sobre este curso
Inflamación del cuello
El dolor de cuello suele extenderse desde el cuello hacia los hombros o la parte superior de la espalda. A menudo puede provocar dolores de cabeza. El dolor puede empeorar cuando se mantiene la cabeza en una misma posición durante mucho tiempo, como por ejemplo frente al ordenador.
Puede ser útil descansar el cuello al principio, pero no lo hagas durante mucho tiempo. Si no te mueves, los músculos se pondrán más rígidos. Esto significa que el dolor tardará más en desaparecer. Es mejor estirar suavemente los músculos del cuello. Tu médico o fisioterapeuta puede enseñarte a hacerlo de forma suave y segura.
La mejor manera de prevenir el dolor de cuello es mantener la columna vertebral flexible y los músculos fuertes. Para ello, haga ejercicio con regularidad: 30 minutos la mayoría de los días. Asegúrate de hacer muchos descansos a lo largo del día para estirarte.
A veces el dolor no desaparece. El dolor crónico o persistente puede continuar incluso después de que el problema original se haya curado. Si esto ocurre, es posible que necesites ayuda para abordar los factores emocionales, sociales y ambientales que pueden estar contribuyendo a tu dolor. Habla con tu médico si experimentas un dolor crónico o persistente.
¿Qué desencadena el dolor cervical?
Las causas más comunes son la artrosis, la estenosis espinal, la hernia discal, el nervio pinzado, el estrés y la tensión mental y física, las malas posturas, los tumores y otros problemas de salud.
¿Se puede curar el dolor de cuello cervical?
Aunque los analgésicos, la fisioterapia, la tracción cervical y, como último recurso, la cirugía, pueden ayudar a aliviar el dolor de cuello provocado por la enfermedad de los discos cervicales, también existen remedios caseros que pueden ayudar a aliviar el dolor y acelerar el proceso de curación.
¿Es grave el dolor cervical?
En raras ocasiones, el dolor de cuello puede ser síntoma de un problema más grave. Busque atención médica si el dolor de cuello va acompañado de entumecimiento o pérdida de fuerza en los brazos o las manos, o si el dolor se dispara hacia un hombro o un brazo.
Dolor en la columna cervical
Para muchas personas que viven con dolor de cuello intenso y síntomas de una hernia discal, una enfermedad degenerativa del disco o un nervio pinzado, la fusión cervical es la última opción de tratamiento. El objetivo de la cirugía es aliviar el dolor, pero muchas personas se encuentran con un dolor persistente o que empeora en las semanas y meses siguientes a la intervención.
Hay varios factores que pueden provocar dolor de cuello y síntomas a largo plazo tras una fusión cervical. El dolor posquirúrgico puede ser radicular (irradiado desde las raíces nerviosas) o musculoesquelético (procedente de las articulaciones o los tejidos blandos).
Un diagnóstico inicial incorrecto también puede hacer fracasar la cirugía de cuello. Múltiples afecciones del cuello se presentan con el mismo tipo de dolor y síntomas, lo que dificulta a los médicos la tarea de determinar con precisión el origen del dolor en el cuello. No identificar una etiología clara del dolor antes de la cirugía aumenta el riesgo de desarrollar un síndrome cervical postoperatorio.
Es normal que después de una intervención de fusión espinal se sientan algunas molestias, dolor, sensibilidad e hinchazón en el cuello. Además, puede sentir algunas molestias en la parte superior de la espalda y los hombros mientras su cuerpo se adapta a la biomecánica alterada creada por la fusión. Sin embargo, si el procedimiento tiene éxito, el dolor debería poder controlarse con analgésicos y disminuir a medida que se cura y se fortalece durante el proceso de rehabilitación.
Alivio del dolor de cuello
El dolor de espalda puede ir desde un dolor leve, sordo y molesto, hasta un dolor persistente, intenso e incapacitante. El dolor de espalda puede restringir la movilidad e interferir con el funcionamiento normal y la calidad de vida. Siempre debe consultar a su médico si tiene un dolor persistente.
El dolor que aparece repentinamente en la espalda o el cuello, debido a una lesión, se considera dolor agudo. El dolor agudo aparece rápidamente y puede desaparecer antes que el dolor crónico de espalda o cuello. Este tipo de dolor no debería durar más de 6 semanas.
Si experimenta dolor de cuello o de espalda, debe acudir a su médico para que le haga un examen médico y físico. Es posible que también le haga radiografías de las zonas afectadas, así como una resonancia magnética (MRI). Esto permite una visión más completa. La resonancia magnética también produce imágenes de los tejidos blandos, como los ligamentos, los tendones y los vasos sanguíneos. La resonancia magnética puede conducir a un diagnóstico de infección, tumor, inflamación o presión sobre el nervio. A veces, un análisis de sangre puede ayudar a diagnosticar la artritis, una enfermedad que puede causar dolor de espalda y cuello.
Dolor de cuello después de dormir
Para muchas personas que viven con dolor de cuello crónico, los tratamientos comunes como los medicamentos, el hielo o las almohadillas térmicas no siempre proporcionan suficiente alivio. Encontrar la mejor combinación de tratamientos para el dolor de cuello puede requerir algo de ensayo y error. A continuación, le ofrecemos algunos consejos menos conocidos para controlar el dolor de cuello que puede tener en cuenta.
Cuando se encorva hacia delante con la postura de la cabeza hacia delante, se ejerce una tensión adicional sobre la columna vertebral.1 Mantener una buena postura a lo largo del día mantiene el equilibrio natural de la cabeza sobre la columna cervical y puede reducir el dolor. Un reposacabezas puede ayudar a mantener la columna cervical en una posición neutra, así que considere la posibilidad de adquirir una silla de oficina con uno y utilizarlo. Mantenga la parte posterior de la cabeza cómodamente contra el reposacabezas con las orejas por encima de los hombros. También procure utilizar el reposacabezas de su sillón reclinable y de su coche siempre que pueda. Si trabajas frente a una pantalla de ordenador, asegúrate de que el nivel de tus ojos está a la altura del tercio superior del monitor. Considera también la posibilidad de utilizar un escritorio de pie, ya que una posición de pie nos lleva a una posición más natural y nos disuade de encorvarnos hacia delante.